La estructura en la práctica del Taijiquan

El objetivo principal de la práctica del Taijiquan es promover la salud y la longevidad, y para esto es fundamental que la energía circule correctamente por todo el cuerpo, sin bloqueos ni estancamientos. Es fundamental poner atención a la alineación del cuerpo y a la estructura del movimiento para que la energía llegue a las extremidades y la cabeza. Esto lo conseguimos haciendo el movimiento correcto y poniendo la intención adecuada.Una vez más decir que los movimientos nacen de aplicaciones marciales, y que para que sean beneficiosos tienen que ser precisos. El artista marcial no puede perder el equilibrio, y debe realizar giros, saltos y técnicas de manos y piernas que le exigen tener una estructura lo más perfecta posible. Nos apoyamos en estos movimientos para conocer los límites de nuestro propio cuerpo y desarrollar una conciencia corporal, aunque no implica necesariamente la actividad marcial.

Hay que prestar especial atención en mantener todo el cuerpo relajado, no utilizar la fuerza y no retener la respiración. Debemos tener todas las articulaciones conectadas y analizar y comprender cuidadosamente cada movimiento.

Yang Cheng-fu dio una lista con los diez principios básicos del Taijiquan:

1. La energía en lo alto de la cabeza debe ser ligera y sensible

Esto significa que para que la energía (Qi) llegue a la zona de la coronilla, debemos relajar el cuello y dejar que la cabeza se eleve de forma natural, sin utilizar la fuerza (Li), como si quisiéramos conectar con el cielo. Podemos pensar que estamos colgados sujetos por un hilo desde la cabeza. Esto permitirá que la energía fluya hasta lo más alto.

La cabeza no se inclina hacia los lados, los ojos miran al frente y aunque algunas veces siguen el movimiento del cuerpo no se enfocan en algo en concreto. Los labios no están ni abiertos ni cerrados. La lengua se apoya detrás de los dientes superiores.

2. Hundir el pecho y elevar la espalda

El pecho debe estar relajado para permitir que la energía (Qi) baje al Dan Tien, y que la espalda se eleve de forma natural para que la fuerza salga por ella hacia los brazos.

Si el pecho está tenso el centro de gravedad sube y se pierde el equilibrio fácilmente.

Los hombros deben estar hundidos, los codos bajos, y las articulaciones de los brazos relajadas. Los dedos extendidos sin tensión, así, al mover los brazos con la mente (Yi) la energía llegará sin dificultad.

3. Relajar la cintura

La cintura debe estar relajada para que la cadera conecte, y las piernas tengan fuerza y se muevan con soltura. Si en los cambios de peso las piernas no tienen energía es porque la cintura no está relajada.

4. Distinguir entre lleno y vacío

En Taijiquan no existe el doble peso, si el peso del cuerpo está en la pierna derecha se dice que esta pierna está llena y la izquierda vacía, esto no quiere decir que esta pierna no tenga potencia. Distinguiendo entre lleno y vacío los movimientos serán ágiles, suaves y sin esfuerzo.

Al cambiar de peso debemos mantener la vertical del cuerpo para no utilizar energía en exceso y mantener el centro.

5. Hundir los hombros y dejar caer los codos

Los codos deben estar hacia abajo de forma natural, sin esfuerzo, para que sigan el movimiento natural del cuerpo y la energía (Qi) no suba o se quede estancada. Esto permite que el hombro se relaje de manera que no haya tensión y por tanto desequilibrio en la zona alta del cuerpo.

6. Usar la mente y no la fuerza

Hay que utilizar la mente (Yi) y no la fuerza para que todo el cuerpo este relajado, debemos evitar cualquier sensación de pesadez. Cuando la relajación llega a los músculos, tendones y huesos, la energía (Qi) llega a todas las partes del cuerpo. La energía llega donde ponemos la intención, si el cuerpo está preparado podremos conocer lo que es la energía interna, "solo de la mayor suavidad viene la mayor dureza".

En un poema de Zhang Sanfeng se puede leer: “Todo reside en la utilización de Yi en lugar de Li”. Antes de comenzar la forma debemos asegurarnos de que no hay Li (fuerza) acumulada en los músculos, esto hace que se bloqueen los canales por los que circula el Qi (energía). Cuanto menos Li tengamos, mejor circularán la sangre y la energía. Con la práctica continua de dirigir el movimiento con la mente (Yi) y no con la fuerza (Li) nuestra esencia interior (Jing) se hará cada vez más refinada.

7. Unidad de la parte superior y la parte inferior del cuerpo

Todo el cuerpo está conectado y se mueve a la vez, “si una mano se mueve, todo el cuerpo se mueve”. El movimiento surge en los pies, las caderas lo dirigen y las manos lo expresan. Cada parte se mueve a continuación de otra sin interrupción como el fluir de un río. Hay que coordinar el movimiento de piernas, cintura, y brazos de manera continua. No olvidar que los ojos siguen a la acción.

8. La unidad de lo interno y lo externo

Se refiere a que el movimiento surja desde la intención, si no hay intención sería sólo una gimnasia. Para que la energía se mueva debemos dirigirla con la mente en correspondencia con la acción que se está ejecutando en el momento. Así ira a la punta de los dedos, la palma de la mano, el codo, el pie o cualquier otra parte. Donde quiera que vaya la mente el Qi la sigue, y donde hay Qi hay energía.

9. Continuidad sin interrupción

Toda la forma de Taijiquan es como un sólo movimiento. Aunque son muchos, están encadenados de manera que no hay paradas.

10 Buscar la quietud en el movimiento

La quietud es el opuesto al movimiento, ambos deben estar en equilibrio. La respiración lenta y pausada acompaña al movimiento lento. Así se hace más larga, aumentamos la capacidad pulmonar y podemos controlar mejor momentos de tensión. A veces se suda, y se aceleran las pulsaciones pero se conserva la calma y una respiración continua.

Todo está descrito en el siguiente poema de Zhang Sanfeng:

“ ¡Cuán maravilloso es el Taijiquan, cuyos movimientos siguen las leyes de la naturaleza!.

Tan continuo como una pulsera de jade, cada movimiento expresa el símbolo del Taiji.

El cuerpo entero se llena de un continuo Qi, no hay desequilibrio entre lo superior y o inferior.

Apoya los pies con paso de gato, moviendo el Qi como se enrolla la seda.

En el movimiento todo se mueve. En la quietud todo está en calma.

Arriba la coronilla está suspendida, y abajo el Qi se hunde en el Dantien.

Deja que los hombros cuelguen y baja los codos. Estira la espalda y relaja el pecho.

Cuando el coxis está vertical de forma natural, el cuerpo se siente relajado y el Qi vivo.

Utiliza la mente y no la fuerza, girando el cuerpo con la cintura.

Todo sube desde la raíz, en los pies, mientras las piernas y cintura se alinean perfectamente.

La energía surge de la columna vertebral, y llega hasta los brazos y la punta de los dedos.

Hay una ligera sensación de hinchazón en los dedos porque dondequiera que el Qi vaya, se manifiesta en el cuerpo.

Todo esto depende de la mente, y no tiene nada que ver con la fuerza bruta.

Cuando lo lleno y lo vacío se distinguen claramente, lo duro y lo suave se adaptan a los cambios de situación.

Yin y Yang deben complementarse mutuamente, cuando al movernos de un lado a otro, giramos y cambiamos de postura.

El Qi se despierta al variar la relación entre las energías, y el espíritu permanece dentro.

El movimiento surge de la quietud, pero incluso en el movimiento hay quietud.

El espíritu dirige al Qi en su movimiento, la palma y la muñeca están conectadas a la cintura.

Nuestros pasos se adaptan a los cambios de situación, y las manos y los ojos se acomodan a las condiciones.

Rapidez o lentitud siguen los movimientos del oponente. Con el peso a un lado, nuestros movimientos no se retrasarán.

Sin perder el contacto o sin dejar de agarrar, dada postura debe anticiparse al adversario.

Después de atraer al oponente y neutralizar su energía, emitimos energía como un pozo burbujeante.

Dejemos que el más fuerte agresor nos ataque, mientras cien gramos desvían mil kilos”.

Siguiente


Volver a Técnica y entrenamiento del Taijiquan


www.junheng.es

clasesdetaichi@gmail.com

Tel 639 77 38 14