Origen y significado de los trigramas

Se cree que fue el emperador Fu Hsi, fundador de la dinastía Xi (2.200 a.C – 1.700 a.C), el precursor del taoísmo al establecer la teoría del Yin Yang.

En la antigua china existía un sistema oracular basado en la adivinación mediante huesos de animales calentados, y en las grietas que se abrían en los caparazones de las tortugas. Una grieta continua significaba Si, y una grieta partida significaba No. Más tarde las grietas fueron líneas enteras (Yang) o partidas (Yin). Esto daría lugar al libro de los cambios o I-Ching, en el que se dice:

“El gran Taiji originó los dos Poderes,

Los dos poderes crearon las Cuatro Figuras,

Y de estas surgieron los Ocho Trigramas”.

Del Gran Principio Supremo (Taiji) nace un Aliento Cósmico (Qi), que al dividirse da lugar a dos polaridades Yin y Yang, los dos Poderes que representan al Cielo y la Tierra. Se combinan para dar lugar a Gran Yin y Gran Yang, y a Pequeño Yin y Pequeño Yang, son las Cuatro Figuras, que representan los cuatro puntos cardinales y las cuatro estaciones del año. A su vez se combinan en Ocho Trigramas que representan las ocho direcciones de la Rosa de los vientos, e indican las diferentes tendencias o cambios del Yin y del Yang.

Tradicionalmente los trigramas se reúnen en forma circular en dos tipos de ordenaciones diferentes, una llamada normalmente Cielo anterior o más correctamente Anterior al Cielo, y otra llamada Cielo posterior aunque su traducción correcta es Posterior al cielo, porque Cielo aquí equivale a tiempo.

La ordenación del Cielo Anterior representa la energía primordial, el espíritu original, lo innato. Es lo que precede al nacimiento, las energías que preceden al surgir de la vida.

La secuencia sigue el principio de crecimiento y decrecimiento del Yin y del Yang. Todo permanece en equilibrio, el Cielo está arriba y la Tierra abajo, el Fuego está equilibrado por el Agua, la quietud de la Montaña equilibra la energía del Lago, la fuerza tranquila del viento equilibra la fuerza del Trueno.

La ordenación del Cielo Posterior pertenece al orden de lo manifiesto, de lo material, representa el mundo sujeto al cambio, lo adquirido, al hombre. Las energías del Cielo Posterior son las que el individuo metaboliza por sí mismo al nacer, a partir del aire y de los alimentos.

A diferencia de la secuencia anterior, en esta las energías interactúan entre sí, representando el cambio y el movimiento.

De esta ordenación surgirá la teoría de los Cinco elementos o las Cinco transformaciones.

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