La dualidad de todas las cosas

El término Taiji (Taichi) como concepto filosófico se refiere al comienzo de todas las cosas, al primer movimiento a partir de dos energías que surgen en la nada, en el vacío, entendiendo estos términos como algo donde se encuentran todas las potencialidades absolutas en un estado indiferenciado, no hay extremos, ni diferencias, no existe yin ni yang, no hay dualidad. El pensamiento aún no existe. Por lo tanto, al hablar de Taichi hacemos referencia al inicio de todas las cosas existentes, a todas las energías, las cuales tienen un camino, un sentido, una vida, una evolución, un Tao.

Todas las cosas tienen el mismo origen desde el “no-origen”, y están sujetas a la ley universal, de lo más simple a lo más complejo. Conociendo la base podemos saber cómo se va a desarrollar el resto, al igual que podemos preguntar a una parte para saber del todo. Podemos saber de nuestro cuerpo preguntando a la mano, al iris del ojo, a los pies, a la espalda o a cualquier otra zona. Hablar de Taichi es hablar del origen de las cosas y de su posterior evolución y adaptación a su entorno; por lo que se incluyen animales, plantas e incluso el reino mineral, pues todo es energía y toda energía tiene una evolución.

Podemos constatar cómo se ha mantenido el patrón de la creación en todas las cosas, de la nada surgen dos energías (a este principio se le llama Taiji) que se unen para dar lugar a una tercera, y así sucesivamente. Podemos verlo en cualquier cosa creada por el hombre, como puede ser un libro de sabiduría que además sirve como oráculo llamado I-Ching, y que fue elaborado a través de los siglos mediante la observación de la naturaleza e introspección del hombre; o en el ADN, que contiene la información necesaria para el surgimiento de toda forma de vida; o el lenguaje binario, con el que se origina el mundo informático, que permite crear las grandes máquinas y robots.

De esto hablaré a continuación, pero antes quiero hacer hincapié en lo siguiente: todo lo creado por el hombre nace de la nada, porque antes no existía lógicamente, y hace falta una inteligencia creadora que en este caso es el hombre. De igual manera para que se origine cualquier forma de energía, que dará lugar a la vida, hace falta una energía pensante, un director que organice, una mente que imagine. No se pueden crear universos dentro de universos por azar, este es un pensamiento demasiado limitado, o demasiado egocéntrico. A continuación expongo tres ejemplos de cómo todas las cosas surgen con el mismo patrón que dio lugar a las energías primigenias.

Hace más de cinco mil años se empieza a elaborar un libro de sabiduría en China llamado I-Ching, no se utiliza escritura, sólo dos líneas que representan dos fuerzas o polaridades, una línea continua o yang, y una partida o yin, que recuerda al lenguaje del código morse. A través de la interacción de ambas fuerzas en oposición se genera un sistema de clasificación que da lugar primero a tres líneas que forman un elemento, con un total de ocho elementos, ocho trigramas, y la superposición de estos dará lugar a seis líneas o hexagramas que representan las distintas cantidades de yin y yang, y que con un total de 64 (combinando cada uno con el resto) se utilizaban como símbolos de fuerzas de la naturaleza y su significado podía aplicarse al hombre y a su relación con el mundo que le rodea.

Es un libro sapiencial pues cada hexagrama describe una situación determinada del hombre con respecto a la naturaleza, y oracular pues en la explicación describe la correcta forma de actuar en esa situación. De esta manera, interpretando la información dada por los hexagramas al preguntarle por medio de tallos de milenrama o monedas, se pueden prevenir o corregir decisiones para adaptarnos a las leyes de la naturaleza y tener ventura, como escribieron los antiguos.

Este texto también permite explicar la recreación cosmológica que aparece durante la práctica del Taijiquan. Al principio hay que estar relajado, con la mente en calma y el cuerpo tranquilo. Al separar las piernas el yin y el yang se definen claramente, y se manifiestan de manera independiente. Al empezar a moverse en los cuatro puntos cardinales, aparecen las cuatro imágenes, y con los movimientos de las extremidades superiores los ocho puntos cardinales de la rosa de los vientos que representan la evolución de los ocho trigramas.

“En los cambios existe el polo supremo que origina los dos modelos. Los dos modelos originan las cuatro imágenes. Las cuatro imágenes generan los ocho trigramas. Los ocho trigramas determinan lo afortunado y lo nefasto. Lo afortunado y lo nefasto generan la Gran Obra “

Lao-Tse

Los ocho trigramas guardan una clara relación en su significado con los movimientos de Taijiquan, hay ocho movimientos fundamentales y a cada uno se le puede asignar un trigrama, esto nos da ocho acciones, que al igual que en el I-Ching por combinación resultan todas las acciones posibles que se pueden crear en el Taijiquan.

Pero quizás una de las relaciones más sorprendentes con el Taichi en su concepto de origen de todo lo conocido y representación de la naturaleza y sus leyes, sea la del ADN como origen de todos los seres vivos.

Tanto el ADN como los hexagramas tienen información para explicar la dinámica de la conciencia. Ambos están basados en dos elementos, las bases nitrogenadas y el yin y el yang. Dan lugar a dos subcompuestos cada uno de ellos, cuatro nucleótidos y cuatro líneas. Los cuatro nucleótidos se unen en grupos de tres para formar los codones o tripletes, y las líneas se unen en tres para formar los trigramas. Ambos contienen la información básica para la creación de unidades mayores. Los nucleótidos se unen mediante dos o tres enlaces químicos, así un triplete contiene 6, 7, 8 o 9 enlaces. Los números rituales para el oráculo o situaciones son 6, 7, 8 o 9.

Existen 64 combinaciones de tres nucleótidos y 64 hexagramas. A las dos articulaciones de cada extremidad se les asignan dos trigramas, en total ocho, mas las articulaciones de los dedos dan un total de 64.

Otro ejemplo interesante es la creación del lenguaje informático, el binario, donde existen dos elementos llamados bits, que contienen la unidad mínima de información, se representan con un 0 y un 1. Este lenguaje fue creado en el siglo XVIII, aunque muchos siglos antes ya fue utilizado por los chinos.

“Todas las cosas han nacido del ser,

y el Ser ha nacido del no ser.”

“El hombre sigue la ley de la tierra.

La tierra sigue la ley del cielo.

El cielo la ley del Tao.

El Tao sigue su propia ley.” Lao-Tse

En su relación con el hombre el Taichi nace como un arte marcial, por lo que ahora es llamado Taijiquan (pronunciadoTaichi Chuan), de movimientos suaves y naturales que absorben y neutralizan a otros movimientos más duros y fuertes. Aunque en su forma original no está desprovisto de movimientos rápidos y explosivos, puñetazos, patadas y saltos como las otras formas de lucha, estos son combinados de manera armoniosa y en perfecta coordinación con los lentos y suaves de forma que no hay interrupción entre unos y otros dando como resultado una forma continua y fluida donde no se utiliza la fuerza, sino la energía que circula de manera continua por el cuerpo y es dirigida por la mente. Siendo ambas inagotables se convierte en algo más que un arte marcial, pues se desarrollan capacidades extraordinarias que sólo son posibles con el trabajo energético.

Para llegar a dominar a la perfección este arte se ha tenido que pasar por unas largas etapas de trabajo personal en el que se ha tenido que disciplinar la mente y el cuerpo mediante la meditación. Meditación es en primer lugar alejar el pensamiento mediante la relajación y la concentración en algún punto de nuestro cuerpo u objeto, y en la respiración. Un segundo paso sería el estar atento a todo lo que nos rodea y escuchar todo lo que se puede oir de manera que todo lo que se ve y se oye llega al mismo tiempo.

A partir de aquí se adquieren unos niveles de conciencia más elevados, en los que la realidad llega como un todo y no de manara fragmentada, sin intervención del pensamiento. Al percibir todas las imágenes y sonidos al mismo tiempo el observador se sumerge en lo observado y ya no hay diferencia entre ambos, todo es uno. Cuando percibimos las cosas de manera individual las filtramos a través de nuestros recuerdos y experiencias y creamos nuestro mundo subjetivo y limitado, esto es el pensamiento.

Siguiendo esta trayectoria una persona puede llegar a fundirse con el entorno sintiendo que es pura energía, que todo es energía y que no hay separación entre él y lo que le rodea.

En este estado y en estos niveles de conciencia se desarrollan capacidades que están dormidos para la mayoría, como premoniciones, telepatía, poder de sanación, salud, longevidad, etc. aunque no debe pararse aquí. Se actúa de manera correcta y espontánea en cualquier situación, porque se produce una integración con el entorno.

“La enseñanza del Camino Integral continuará mientras exista un Tao y alguien que desee encarnarlo.

Quienes deseen alcanzar la unidad, deben practicar la virtud sin hacer distinciones.

Deben disolver todas las ideas de dualidad: bueno y malo, hermoso y feo, alto y bajo.

Serán obligados a abandonar cualquier desviación mental nacida de creencias culturales o religiosas.

De hecho, deberán mantener sus mentes libres de cualquier pensamiento que interfiera con su comprensión del universo como una unidad armoniosa.

El comienzo de estas prácticas es el comienzo de la liberación “

Hua Hu Ching

“¿Puedes disolver tu ego?

¿Puedes abandonar la idea del yo y del otro? ¿Puedes renunciar a los conceptos de hombre y mujer, corto y largo, vida y muerte?

¿Puedes dejar partir todas esas dualidades y aceptar el Tao sin escepticismo ni pánico?

Si puedes hacerlo, puedes alcanzar el corazón de la Unidad Integral. “

Hua Hu Ching

“Quien es clarividente puede ver formas que están en todas partes, pero no puede ver lo que no tiene forma.

Quien es telepático puede comunicar directamente con la mente de otro, pero no puede

Comunicar con quien ha logrado el estado de no mente.

Quien es telequinético puede mover un objeto sin tocarlo, pero no puede mover lo intangible. Dichas capacidades solo tienen sentido en el reino de la dualidad.

En consecuencia carecen de sentido.

Dentro de la Gran Unidad, aunque no existen cosas como la clarividencia, la telepatía o la telequinesia, se ven todas las cosas, se comprenden todas las cosas, todas las cosas están para siempre en su lugar.”

Hua Hu Ching

Por esto en su aspecto marcial, el Taijiquan puede llegar a ser insuperable, pero no sólo por la calidad de sus movimientos, sino por la calidad de las personas que ejercen esos movimientos. No es de extrañar el que una persona se pueda anticipar a los movimientos del contrario porque el contrario es una parte del todo al igual que el árbol, la espada o el sonido de las pisadas o de la propia respiración. No hay adversario, todo es uno, y todo se percibe al mismo tiempo.

De lo visto se desprende que combina el aspecto marcial con la espiritualidad, dando como resultado mayor salud y longevidad y desarrollo espiritual.

Siempre que queramos mejorar como personas, tanto física como mental o espiritualmente estaremos haciendo Taichi.

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