Clases de Taichi Chuan

El Taiji que enseño son formas tradicionales del estilo Chen y Wudang Sanfeng. No practicamos la lucha entre nosotros, pero aprendemos la técnica de cada movimiento porque entendemos que no es posible su realización sin entender para que se creó. Es necesario conocer la aplicación para no desvirtuar los movimientos, cuando no se sabe porque se sube un brazo o se adelanta una pierna, al poco tiempo se transforma.

Los movimientos tienen que estar llenos, sin flotar, pues esto produce desconexión del cuerpo con la mente. El desconocimiento hace creer que sentirse como en una nube es lo correcto, cuando en realidad es lo contrario. En todo momento, en cada instante, cada movimiento tiene una intención, brazos y piernas se coordinan, se mantiene una estructura corporal, estamos atentos a la ejecución de la forma y a lo que nos rodea, hacemos llegar la energía con la mente a la parte del cuerpo que corresponda, cada movimiento es una respiración completa. Cuando acabamos, el pulso y la frecuencia cardiaca han aumentado, nos sentimos llenos de energía y relajados.

Generalmente empezamos con las formas simplificadas del estilo Chen, unas formas cortas que sirven de introducción para empezar las dos formas tradicionales Lao Jia y Pao Chui. Este estilo es el primero del que se tiene registros documentales, y se cree que a partir de él se crean todos los demás. Lo desarrolló el general Chen Wangting en el siglo XVII y ha mantenido los movimientos originales de patadas, saltos, barridos, y otros que han ido desapareciendo en algunos estilos para adaptarlos al público en general. Esto no significa que haya que tener aptitudes especiales para practicarlo, al contrario, cualquiera puede aprender adaptando los movimientos a su propio ritmo, consiguiendo en poco tiempo grandes beneficios.

El otro estilo que practicamos es el Wudang Sanfeng, atribuido al maestro taoísta Zhang Sanfeng, del siglo XII. Este Taiji se ha mantenido en secreto en los templos taoístas de las montañas de Wudang durante siglos, y hasta hace pocos años no se ha enseñado a extranjeros, de hecho han vuelto a restringir su difusión fuera de los templos. Por eso es muy difícil aprenderlo, pues se conoce en muy pocos centros de Europa.